La sociedad novohispana, derivada del mestizaje, estuvo conformada por un gran abanico étnico. Su
estratificación respondió a categorías étnicas que
enmarcaron fuertes diferencias culturales. En la cúspide de la pirámide social estaban los españoles
peninsulares, seguidos en orden por los criollos, las castas, los indios y los
negros.
Los españoles o peninsulares eran aquellos que habían nacido en España. Ellos eran quienes acaparaban los puestos políticos y administrativos más importantes de la Nueva España. Mientras, los criollos eran los hijos de españoles nacidos en la Nueva España y, a pesar de que la mayoría de ellos recibían educación formal en seminarios y colegios, no tenían acceso a las esferas de poder.
Las castas estaban conformadas por todas las mezclas étnicas entre españoles, criollos, indios, negros y los descendientes de cada uno. Los mestizos fueron el resultado de la unión entre españoles e indígenas.
Los españoles o peninsulares eran aquellos que habían nacido en España. Ellos eran quienes acaparaban los puestos políticos y administrativos más importantes de la Nueva España. Mientras, los criollos eran los hijos de españoles nacidos en la Nueva España y, a pesar de que la mayoría de ellos recibían educación formal en seminarios y colegios, no tenían acceso a las esferas de poder.
Las castas estaban conformadas por todas las mezclas étnicas entre españoles, criollos, indios, negros y los descendientes de cada uno. Los mestizos fueron el resultado de la unión entre españoles e indígenas.
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