domingo, 3 de febrero de 2013

Gobierno de Santa Anna

En el lapso de 1848-1853 México carecía de estabilidad política, en este tiempo se tuvieron cinco presidentes, y la gente comenzó a creer que Santa Anna era el único que podría estabilizar al país, por lo que lo eligieron otra vez presidente y lo mandaron traer para que gobernara. Al ver esto Santa Anna se proclamó dictador haciéndose llamar "Su Alteza Serenísima", en este tiempo organizó un gobierno conservador, designó a los jefes políticos para gobernar los pueblos, censuró la prensa, inició una ley donde prohibía que se hablara libremente, encarceló a Benito Juárez y más tarde lo exilió a Nueva Orleáns. 
Tras la derrota, Santa Anna abandonó el país después de renunciar a la presidencia que había ocupado durante la guerra. El hambre, el descontento, las pugnas políticas hicieron caer en crisis al país. Los conservadores fueron imponiéndose en la mayoría de los estados y reclamaron de nuevo el regreso de Santa Anna. Santa Anna era el único que había demostrado, al menos, tener la suficiente fuerza para gobernar un país tan ingobernable y que en ese momento en algunas partes estaba sumido en el caos. 
Así en 1853 Santa Anna es nombrado presidente de nuevo. Carente de prejuicios e inmune a las críticas de sus adversarios, instituye una medida para obtener dinero, vende un trozo de territorio a Estados Unidos, La Mesilla. Hizo volver a los jesuitas expulsados por los españoles en la colonia, reinstauró la Orden de Guadalupe y se hizo llamar Alteza Serenísima a la vez que decretaba una ley para nombrarse dictador vitalicio. En su empeño por legislar, ningún asunto político escapó de sus designios: los impuestos afectaban a los perros de compañía y a las ventanas de las casas, dictaminó el color de uniforme de los empleados públicos, construyó innumerables monumentos autodedicados por todo el país y concentró todo el poder en su persona.






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